"La Adolescencia no tiene por que ser una pesadilla" / "Adolescence does not have to be a nightmare"

Una de las cosas que puedo agradecer a diario es poder desarrollar mi oficio con total libertad, pero sin duda el mejor regalo es contar con una compañera de vida que sea además una gran amiga con la que puedo compartir ideas y conversaciones hermosas, de las que la mayoría de las veces sacamos  lindos aprendizajes para nuestro camino, camino que entendemos compartimos con otros.

Hace unos días le hice a Claudia, mi esposa la siguiente pregunta; ¿Cuál crees que sería un tema relevante de conversar de acuerdo a la circunstancias del país y que quede plasmado en nuestro inconsciente como un trabajo que también tengamos que hacer a diario o por el que ya hemos pasado?  Su respuesta como la mayoría no me sorprendió en lo inmediato, pero si me sorprendió en la profundidad del análisis, pues decidió muy sabiamente hablar de la adolescencia y muy consciente de la emocionalidad de esa etapa tan compleja de la vida.

Aquí os dejo su reflexión, para que la compartan también con quienes creen pueda necesitar una conversación con sí mismos.

“La adolescencia no tiene que ser una pesadilla.

Ya no puedo recordar a cuantos padres y madres he escuchado a lo largo de mi vida, hablar de lo difícil y agobiante que puede ser tener un adolescente en casa. Desde lo mucho que comen o duermen hasta los cambios de humor y la rebeldía.

Como adolescente reconozco que muchas veces me sentí incomprendida por mis padres, de hecho la mayor parte del tiempo yo tampoco podía comprenderme a mí misma. ¿De donde venía la rabia, tristeza que a veces me consumía sin motivo aparente? ¿Por qué con gran ímpetu me decía a mi misma que nunca sería como mis padres? ¿Por qué detestaba con cada fibra de mi ser que me dijeran que hacer?

En esos años en donde la única psicología era "Porque yo lo digo" o "Si no te gusta, las puertas de la casa son bien anchas", no pude encontrar una respuesta a esos sentimientos y solo quedó lo opción de soportar hasta poder salir de casa para ir a estudiar a otra ciudad. La libertad fue maravillosa, no tener que pedir permiso ni avisar donde iba fue lo máximo. Pero también empecé a valorar a mis padres, es inevitable comparar historias con otras personas y no darse cuenta de que hay personas mucho menos afortunadas que uno. Creo que fue cuando empecé a madurar poco a poco.

Después de unos años formé mi propia familia, debo reconocer que me dolió aceptar que mis padres tenían razón cuando decían "cuando tengas hijos me vas a entender". Me veía muchas veces, incluso repetir palabra por palabra las cosas que yo detestaba con el alma que ellos me dijeran. Pero ahí estaba yo, repitiendo patrones que de seguro venía de generación en generación, si bien pienso que mis padres hicieron muchas cosas de manera correcta con mi crianza, también pienso que faltaron algunas cosas y otras no eran necesarias.

Con mi esposo tuvimos la fortuna de tener una visión muy similar en la crianza de los hijos. Queríamos que fueran tolerantes a la frustración, darles mucho amor y afecto. También coincidíamos en la libertad de jugar y ensuciarse. Gracias al proceso de sanación y autoconocimiento que ambos vivimos mientras criábamos a nuestras hijas, se puede decir que nosotros volvimos a criarnos a nosotros mismos correctamente y eso nos ayudó muchísimo para ser mejores padres.

Todo iba maravillosamente bien, a pesar de que siempre existen días difíciles y problemas, el telón de fondo de nuestra vida era de felicidad, comprensión y amor. Hasta que nos remeció un terremoto… Nuestra hija mayor se estaba convirtiendo en adolescente. Fue duro ver como nuestra niñita de pronto nos contestaba mal y hacía gestos de exasperación cuando le pedíamos que hiciera algo, nos ofendimos claro está. Las frases que tanto odiamos cuando adolescentes salían a borbotones de nuestras bocas… "Me estás faltando el respeto", "soy tu madre y haces lo que yo digo", "no agradeces las cosas que hacemos por ti" y la fatídica frase que he podido comprobar que a varios le dijeron… "nadie te va a soportar con ese carácter que tienes".

Después de unos meses duros, de portazos, peleas y llantos de frustración, comencé a darme cuenta que el problema lo teníamos mi esposo y yo, habían cosas de nuestra propia adolescencia que no habíamos solucionado y no habíamos entendido que nos pasó, por lo tanto tampoco podíamos entender a nuestra hija. Comenzamos a meditar y reflexionar sobre crianza, paradigmas sociales, estudiar sobre cómo cambia la personalidad y el cerebro de un adolescente… y aquí va la mala noticia para los padres, los que tenemos que cambiar somos nosotros los adultos no los adolescentes. Es un camino difícil si la primera infancia también lo ha sido, pero con un trabajo de sanación y autoconocimiento todo, hasta lo más increíble puede ser posible.

Si es un adolescente el que está leyendo este post y sientes que tus padres jamás te entenderán, primero y aunque sé que es difícil, debes mirar a tus padres con compasión ya que seguramente ellos tampoco fueron comprendidos a tu edad, por lo general piensan que lo hacen por tu bien. Segundo en algún momento crecerás, te irás de casa y podrás tomar tus propias decisiones y no te olvides nunca de lo que sentiste en tu adolescencia, para que si decides tener hijos no cometas los mismos patrones de tu familia. Sé que debes sentir que la vida es difícil y que nunca podrás sentirte feliz y pleno… Pero una señal de esperanza es ver cuanta gente como mi esposo o yo hemos encontrado el camino de la felicidad y el amor real, antes al igual que muchas personas pensaba que era una utopía, hoy es una realidad para muchas personas.”

Después de cerrar comillas y agradecer enormemente la colaboración a Claudia y su aporte desde una mirada femenina y maternal que es a mi juicio imprescindible mirar con detención en todos los escenarios,  les invito a animarse a encontrar en el dialogo y la comprensión un espacio de entendimiento y sana reflexión.

Has el bien, hazlo bien, pásalo bien.

One of the things I can thank daily is to be able to develop my trade with total freedom, but without a doubt the best gift is to have a life partner who is also a great friend with whom I can share beautiful ideas and conversations, of which Most of the time we get beautiful lessons for our path, a path that we understand we share with others.

A few days ago I asked Claudia my wife the following question; What do you think would be a relevant topic of conversation according to the circumstances of the country and that will be embodied in our unconscious as a job that we also have to make a diary or through which we have already passed? His response as most did not surprise me immediately, but I was surprised at the depth of the analysis, because very wisely talk about adolescence and very aware of the emotionality of that complex stage of life.

Here I leave your reflection, so that they also share it with those who believe they may need a conversation with themselves.

“Adolescence does not have to be a nightmare.

I can no longer remember how many fathers and mothers I have heard throughout my life, talk about how difficult and overwhelming it can be to have a teenager at home. From how much they eat or sleep to mood swings and rebellion.

When I was a teenager, I recognize that many times I felt misunderstood by my parents, in fact, most of the time I couldn't understand myself either. Where did the anger come from, the sadness that sometimes consumed me for no apparent reason? Why, with great impetus, did I tell myself that I would never be like my parents? Why do I hate to tell each fiber of my being what to do?

In those years where the only psychology was "Because I say so" or "If you don't like it, the doors of the house are wide", I couldn't find an answer to those feelings and only the option of holding on until I could leave home to Study in another city. The freedom was wonderful, not having to ask permission or advise where I was going was the maximum. But I also began to value my parents, it is inevitable to compare stories with other people and not realize that there are people much less fortunate than one. I think it was when I started to mature little by little.

After a few years I formed my own family, I must admit that it hurt to accept that my parents were right when they said "when you have children you will understand me". I saw myself many times, even repeating word by word the things that I hated with the soul that they told me. But there I was, repeating patterns that surely came from generation to generation, although I think that my parents did many things correctly with my upbringing, I also think that some things were missing and others were not necessary.

With my husband we were fortunate to have a very similar vision in raising children. We wanted them to be tolerant of frustration, to give them a lot of love and affection. We also agreed on the freedom to play and get dirty. Thanks to the healing and self-knowledge process that we both lived while raising our daughters, it can be said that we raised ourselves properly again and that helped us a lot to be better parents.

Everything was going wonderfully well, although there are always difficult days and problems, the backdrop of our life was one of happiness, understanding and love. Until an earthquake shook us ... Our oldest daughter was becoming a teenager. It was hard to see how our little girl suddenly answered us badly and made gestures of exasperation when we asked her to do something, we were offended of course. The phrases we hate so much when teenagers spurted out of our mouths ... "I am disrespecting you," "I am your mother and you do what I say," "you do not thank the things we do for you" and the fateful phrase that I have He could see that several were told ... "nobody is going to support you with that character you have".

After a few hard months, of slamming doors, fights and cries of frustration, I began to realize that my husband and I had the problem, there were things of our own adolescence that we had not solved and we had not understood what happened to us, therefore neither could we understand our daughter. We begin to meditate and reflect on parenting, social paradigms, study on how a teenager's personality and brain changes ... and here is the bad news for parents, the ones we have to change are we adults, not teenagers. It is a difficult path if early childhood has been too, but with a job of healing and self-knowledge everything, even the most incredible can be possible.

If it is a teenager who is reading this post and you feel that your parents will never understand you, first and although I know it is difficult, you should look at your parents with compassion since they surely were not understood at your age either, they usually think that They do it for your sake. Second at some point you will grow, you will leave home and you can make your own decisions and never forget what you felt in your adolescence, so if you decide to have children do not commit the same patterns of your family. I know that you must feel that life is difficult and that you can never feel happy and full ... But a sign of hope is to see how many people like my husband or I have found the path of happiness and real love, before like many people I thought it was a utopia, today is a reality for many people. ”

After closing quotation marks and greatly thanking Claudia for her collaboration and her contribution from a feminine and maternal perspective, it is in my opinion essential to look carefully at all stages, I invite you to be encouraged to find a space of understanding in dialogue and understanding. and healthy reflection.

Do good, do it well, have a good time.